Harper Valenti no tiene elección. Reducida a un peón en el juego de un Don enfermo, Harper tiene la misión de seducir y matar al Pakhan de la Bratva, Mikhail Konstantin. El fracaso significa la muerte de su padre y la suya propia, pero incluso los planes mejor trazados tienden a desmoronarse. Harper se encuentra en el punto de mira de un jefe del crimen frío y calculador, pero Mikhail no es lo que parece.
La mayoría de los hombres se desharían inmediatamente de sus asesinos, pero Mikhail Konstantin no es como la mayoría. Harper no sólo lo intriga. Ella se ha convertido en su nueva obsesión. No hace daño que las chispas entre ellos ardan de forma innegable. Mikhail decide solucionar sus problemas de una sola vez. Se ocupará de su enemigo común. A cambio, Harper será su esposa y Mikhail se asegurará de que los lazos que los unen nunca se rompan.
