Mst Khatun - Escapada con el Navy SEAL

[duky]

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Sola en la sala central de la galería de arte, Charlotte Hanover giraba lentamente en círculo, rodeada de sus lienzos. Un año de trabajo a punto de ser expuesto para que cualquiera con ojos y opinión pudiera criticarlo. Cerró los ojos y respiró profundamente por la nariz. Si hacía caso omiso del murmullo de las voces procedentes de las salas laterales, era casi como estar en la tranquila y apagada luz de su estudio en casa.

En unos minutos, las puertas de la galería se abrirían a los invitados VIP de su primera exposición individual. Aproximadamente una hora después, todos los amantes del arte de Virginia Beach que estuvieran interesados podrían entrar y echar un vistazo más de cerca.
Se llevó una mano al vientre para sofocar otra oleada de nervios y sintió la rica seda de su vestido bajo la palma.
Casi como en casa. Casi como en casa.
Casi se lo creía. En su estudio, estaría con una suave camiseta y sus vaqueros favoritos que se mantenían unidos con más pintura que tela vaquera después de todos estos años. Imaginó la luz entrando por la claraboya y las ventanas de su cabaña, al borde de una ensenada al norte de la ciudad, mientras su ritmo cardíaco se calmaba.
Ya está. Podía aferrarse a esa sensación y dejar que esa dulce seguridad la sostuviera durante toda la noche. Aunque las próximas horas serían un reto, su agente le prometió que merecería la pena el desgaste de energía. Abrió los ojos.
"¡Qué visión!". Marisol Collins, la agente de Charlotte, entró en escena y el aire vibró de alegría. Era una mujer menuda y poderosa, vestida con un traje negro hecho a medida y unos brillantes tacones negros. Llevaba el pelo oscuro recogido en un recogido perfecto y su piel de porcelana resplandecía. Llevaba gotas de ónice en las orejas y un intrincado anillo de ónice en la mano derecha. El efecto general era de pura elegancia femenina.

Marisol nunca había encontrado una objeción que no pudiera superar o una situación que no pudiera arreglar en beneficio de su cliente. Por muy opuestas que fueran tanto en apariencia como en personalidad, Charlotte se sentía perpetuamente agradecida por haber firmado con ella.

Marisol agitó las manos, instando a Charlotte a girarse, a pesar de que ya había bailado al menos un círculo alrededor de Charlotte. "Encantadora". Asintió con decisión. "Sabía que éste era el look adecuado para esta noche".

El vestido de Charlotte era aparentemente sencillo, una funda suave que caía de una red de tirantes finos que se cruzaban en la espalda. El tejido sedoso ondulaba con color y movimiento desde el escote hasta el dobladillo, en tonos que iban desde el pálido azul marino hasta el aguamarina intenso. Marisol rodeó a Charlotte con el brazo y la llevó a dar otra vuelta por la galería, charlando sobre cada uno de los puestos de bar y comida. El esfuerzo debería haberla tranquilizado, pero los nervios aumentaron.
"Estamos listos, dulce niña", dijo Marisol, dándole un apretón. "A mi señal, abrirán las puertas a los VIP y ya estás dentro".
Eso era lo que temía. Salir requería gracia y encanto y soportar las mismas preguntas una y otra vez con ligeras variaciones. Esta noche debía mantener la sonrisa hasta que le dolieran las mejillas y algo más, fingiendo que sabía cómo destacar en los actos sociales.


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